domingo, 16 de diciembre de 2007

ERROR DE CÁLCULO

Comenzó la lluvia tres segundos después que cerró la puerta. Caía en su espalda mientras caminaba rumbo a la estacion del Metro. Caía en sus manos apretadas y en su rostro. La lluvia era mansa como una novia, y silenciosa como los que se abandonan. No tenía intenciones de volver. Se largaba. Ya no había caso. No era posible que las flores no llegaran a tiempo si las había encargado hacía semanas. En fin. Flores hay muchas y seguirán habiendo, pero su orgullo era uno solo y lo cudiaba a toda costa. no regresaría y punto.

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