domingo, 16 de diciembre de 2007

LA NOCHE EN QUE NACIÓ DE NUEVO

La noche en que nació de nuevo, era clara. La luna tenía una suave luz blanca y el viento traía olores del sur. Nació de nuevo con una girnalda de flores rojas y cuatro botellas de vino. Miró alrededor reconociendo lugares, colores, rostros, espacios. Miró detenidamente una sonrisa de canela que estaba al lado suyo. Cogió una mano pequeña y tocó un cabello de seda negra. Nació de nuevo y a la hora de haber ocurrido el hecho milagroso, ya había aprendido a hablar, a recordar y a sonreír. Estaba haciendo tiempo para ver como se abre el sol por las mañanas y creando la fórmula del desayuno junto a esa sonrisa de canela que estuvo a su lado. Cuando nació por segunda vez se tuvo que marchar, porque lo esperaban trámites en una vieja notaría. Y no supo si era la secuencia de la soledad que lo mató antes, o el paso hacia la carretera que lo llevaría a la casa de su madre. El nacer ya no le resultaba simpático y se echó a dormir por unos seis meses más.

(octubre, 31, 2007))

No hay comentarios: