domingo, 16 de diciembre de 2007

LA TERCERA NOCHE

La primera noche fue blanca y corta
como noticia de muerte.
Era navidad.
La segunda noche fue intensa,
con las energías de un huracán imaginario.
Era una cita urgente, después de un año.
Era cerca de navidad.
La tercera noche tenía que ser reposada
como silabario y plena como una planta de aromo.
La tercera noche tenía que ser sabia
y torpe como un adolescente,
con diálogos y un poco de historias.
La tercera noche tenía que ser
y fue lo que fue
un aprendizaje para las manos
que se hicieron palomas;
una coreografía para el alma
improvisada frente a los cuerpos;
una sutileza para la comisura de los labios
y una madeja de ganas enredadas.
La cuarta (Dios... que haya una cuarta)
¿...la cuarta será como las otras
o ya no será necesario pedir permiso para el abrazo
y podremos seguir hablando del invierno
después de despertarnos?.

(Noviembre 03, 2007)

No hay comentarios: